Acuarela de amor.
Está amaneciendo y
yo se que estas ahí,
mujer nunca distante,
mujer que nunca veo,
como una pintura
con el torso brillante,
con el rostro triste
porque no estoy contigo.
¿Qué tendrá que pasar
para pintar otro
lienzo,
donde un pincel
con trazos claros,
dé matices suaves
a mi pobre alma
y una ráfaga de
viento
nos devuelva la vida?
Mientras, yo seguiré
en la galería de nuestras obras
y cada quien pintará un cuadro
que el otro no verá,
pero en el fondo de nuestras almas,
que bello hubiese
sido
el pintar juntos un
lienzo
de trazos infinitos,
con los colores del viento
“para no morir
jamás”.
Esa frase es tuya
y yo no puedo robártela,
pues quedó grabada en
mi alma
como una aguada de
amor.
Tu amor y el mío
que por sendas
distintas
se llevó la
distancia,
perdiéndose en ellas
las hermosas acuarelas
que plasmaron los besos
en el mural de los tiempos.
Gerardo B. Gamboa.
Septiembre 2010.
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